¿Cómo está tu amistad con Dios?

La mujer que se vuelve íntima de Dios obtiene grandes resultados. Aprende a desenvolver esa relación para alcanzar una amistad con Dios.

Hay algo que la mayoría de las mujeres siempre procura mantener: amistades. Muchas buscan alimentar ese tipo de relaciones con el hecho de dar regalos, platicar, recibirlas bien, siendo agradables y útiles, con la intención de hacer el bien no solo para sí misma, sino también para la otra persona.

Las mejores amistades se forman con el paso del tiempo y se basan en esfuerzos que crean vínculos. No obstante, el problema de muchas mujeres, hasta de las que dicen ser cristianas, es no desenvolver ese vínculo también con Dios. A causa de eso, ellas dejan de cosechar los excelentes frutos que la intimidad con el Creador les puede ofrecer.

La Biblia dice que un gran ejemplo de amistad ocurrió entre Abraham y el Creador. Él, según está escrito en el Texto Sagrado, le «creyó a Dios y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios.» (Santiago 2:23).

La experiencia de intimidad de Abraham con el Señor se desarrolló con el paso de los años y con las dificultades que él enfrentó, pero esta relación solo ocurrió porque siempre atendía a la Voz de Dios. Cuando el Señor habla con Abraham, inmediatamente él hacía lo que se le había pedido. Abraham quería que su casa actuara con justicia y juicio, que es cuando guardamos lo que Dios enseña.

La amistad entre Abraham y Dios sucedió porque él, además de haber sido obediente, fue sincero delante del Señor y en todo buscaba conocer Su Voluntad. Aun cuando enfrentaba problemas y frustraciones, Abraham siempre recurría con el Creador.

Dios ve nuestro interior y conoce todo sobre nosotros, pero hay una diferencia perceptible en aquella persona que se acerca a Él con transparencia. En Génesis 18:17-19, dice que Dios conocía a Abraham y que, por eso, sabía que él actuaría en todo con justicia y juicio. Abraham fue obediente, constante y perseverante. A pesar de tener fallas, él fue transparente y se hizo cercano a Dios. ¿Te has fijado cómo habla Dios de Abraham? Dice: «Lo he conocido».

Esa misma cercanía de la mujer con Dios sucede cuando ella pasa a tratar a Dios como su amigo, no solo en lo más profundo de su ser, sino también a través de sus actitudes: al exponerle sus dudas, al expresar su tristeza y al mostrar, sobre todo, que depende de Él para todo.

Dios está dispuesto a ser amigo de todos los que se acercan a Él y eligen vivir esa relación de intimidad. Por lo tanto, es importante comprender que la forma como tratas a aquella persona que consideras tu «mejor amiga» también debes dedicársela a Dios, eligiéndolo como tu mejor Amigo, es decir, teniéndole consideración, lealtad, respeto, disposición y confianza.

Abraham consideraba a Dios por encima de todo y de todos. Entonces, aquí podemos ver cómo trata Dios a aquellos que se vuelven Sus amigos, que están listos para obedecer, ser transparentes y prestar atención a Su Voz.

X

Generic selectors
Exact matches only
Search in title
Search in content
Post Type Selectors