Serán 7 miércoles que transformarán tu relación con el Espíritu Santo
“Sábado de Aleluya”, Él le quitó la autoridad al diablo sobre la muerte humana. Finalmente, el domingo resucitó, porque la muerte no halló falta en él. Él pagó el precio por nuestros pecados. Posteriormente, hizo algunas apariciones más. Por ejemplo: a Pedro y al pequeño grupo más cercano (Lucas 24:50-53), a dos discípulos en el camino a Emaús (Lucas 24:13-36), y a unas 500 personas simultáneamente (1 Corintios 15:6).
Luego, después de la Pascua, ocurrió el “Día de Pentecostés”, cuando el Espíritu Santo fue derramado sobre los discípulos (Hechos 2). El Espíritu Santo es también una Persona Divina, por lo tanto, es copartícipe del Padre y del Hijo. Y el Señor Jesús prometió que vendría a ayudarnos hasta el final: “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre; el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros” (Juan 14:16-17). Por lo tanto, Dios intercambió Su forma humana, que estaba limitada al espacio físico, por la forma del Espíritu, que podía habitar con personas de todo el mundo.
Por lo tanto, aprovecha la “Jornada rumbo al Pentecostés” para tener esto de manera práctica en tu vida.
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No lo olvides, los miércoles, especialmente a las 8 p. m., en Av. Venezuela 681, Breña, O haz clic aquí para conocer la dirección de la Universal más cercana a tu hogar.
