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Participa de esta ceremonia especial instituida por el Señor Jesús

 

¿Sabes por qué esta ceremonia es tan importante?

El Señor Jesús sufrió, gimió y nadie sintió el dolor que Él sintió. ¿Cómo es que Él, siendo tan grande y perfecto, fue capaz de entregarse por seres tan imperfectos y pequeños? Cargó nuestros pecados para extender Sus manos heridas y ofrecernos la copa de la salvación que conquistó en el calvario.

Precisamente la Santa Cena hace referencia a Su sacrificio en la cruz en rescate de aquellos que creen en Su Palabra y la obedecen. Quien rechaza esta copa, desprecia Su sacrificio, no entiende la grandeza de lo que significa. Quien extiende la mano y acepta esta copa, está reconociendo al Señor Jesús como el primero en su vida, el Señor que salvó su alma.

Es tal y como el apóstol Pablo señaló: «Porque yo recibí del Señor lo mismo que os he enseñado: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan, y después de dar gracias, lo partió y dijo: Esto es mi cuerpo que es para vosotros; haced esto en memoria de mí. De la misma manera tomó también la copa después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto cuantas veces la bebáis en memoria de mí. Porque todas las veces que comáis este pan y bebáis esta copa, la muerte del Señor proclamáis hasta que Él venga.» (1 Corintios 11:23-26)

El profeta Isaías también refirió: «Mas Él fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades. El castigo, por nuestra paz, cayó sobre Él, y por sus heridas hemos sido sanados.» (Isaías 53:5).

Por lo tanto, no te pierdas este encuentro especial y prepárate desde ahora.

Te esperamos especialmente a las 7 p. m. en la Noche del Alma, puedes participar en la Sede Nacional: Av. Venezuela N° 681 – Breña. O en la Iglesia Universal más cercana a tu hogar.