¿Desea una reacción de Dios?

Entonces, es necesario creer y tomar una actitud. Sin esas dos acciones no hay milagros o respuestas Suyas

Para liberar a los hebreos de la esclavitud, Dios envió a Moisés. Por medio de él, prometió no solamente liberar a Su Pueblo, sino también colocar las riquezas de los egipcios en sus manos (lea Éxodo 12:35-36).

Y así sucedió, pero solo porque el pueblo tuvo fe y valor para obedecer la voz de Moisés, profeta escogido del Señor.

“Mi oración no sirve de nada si usted no toma una actitud. Sin acción de su parte, no hay reacción de Dios. Usted tiene dos opciones: creer o dudar. La elección es suya, usted es responsable por su vida. Si cree, con toda seguridad, cosas grandes llegarán”, afirma el obispo Allan Sena, encargado de realizar la reunión a favor de la vida económica en el Templo de Salomón, Brasil.

¿Qué espera Dios de usted?

Otro momento decisivo de la salida de los hebreos de Egipto, también conlleva grandes enseñanzas para su vida económica. La abertura del Mar Rojo enseña tres cosas que toda persona que desea prosperar debe saber. Vea…

“Entonces el Señor dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a Mí? Di a los hijos de Israel que marchen. Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del mar, en seco.” (Éxodo 14:15-16).

Menos oración, más acción

Hay cosas que la oración no puede traer. ¡Usted necesitará actuar! Fue lo que Dios le dijo a Moisés, que dejara de clamar y tomara una actitud.

“Nosotros oramos aquí, pero no sirve dormir hasta mediodía y todavía decir que el diablo le está atando. Si usted quiere ser grande, tome una actitud”, dijo el obispo.

Esté listo para la lucha

“Di a los hijos de Israel que marchen.”

Solamente los soldados marchan. Se entiende que la lucha para vencer en la vida financiera es diaria. Si usted no es una persona aguerrida, no vencerá. Cada día debe marchar en busca de la victoria.

Por encima de todo, use la fe

La vara, el cayado que Moisés levantó para abrir el mar, representa la fe, la autoridad. “Dios le mandó levantar el cayado, entonces, entendemos que nuestra fe nunca puede estar a la baja, solo en alta. Si la fe está en alta, la duda está a la baja”, enseña el obispo.

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