En 2016, el señor Lawrence John Ripple, de 70 años en aquel entonces y habitante de la ciudad de Kansas, EEUU, se exasperó por las reiteradas peleas que enfrentaba en su matrimonio. Durante una de las frecuentes discusiones, el hombre salió de su casa advirtiéndole a su mujer que robaría un banco. Su esposa no le creyó.
Lawrence se dirigió a la sucursal del Bank of Labor, a metros del cuartel policial, se acercó a uno de los empleados y le entregó un papel que decía: “Tengo una pistola, deme todo el dinero”. El hombre tomó 2.924 dólares y se sentó a esperar a que llegue la policía. Esto sorprendió a todos los que presenciaban la escena.
Cuando el FBI lo interrogó, Lawrence contó el motivo por el cuál asaltó el banco: No quería volver con su esposa. “No quiero vivir más esa situación.” Les confesó.
De acuerdo con la pena prevista en el estado de Kansas, Lawrence podría pasar 20 años en la cárcel por el delito cometido.
Este hecho real, pone en evidencia la ausencia de paz que hay en muchos matrimonios. Este hombre tomó una decisión drástica para tener un poco de paz.
Observe lo que dice las Sagradas Escrituras:
“Mejor es vivir en un rincón del terrado que en una casa con mujer rencillosa.” Proverbios 21:9
Este versículo ilustra cuán difícil es convivir con alguien irritante. No solo la mujer puede ser la que lleva adelante las discusiones en un matrimonio, también el hombre puede ser el promotor de determinados altercados. Esta puede ser la razón de tantos divorcios. Las personas huyen de sus hogares debido a la falta de paz que hay en ellos.