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Debido a que pasan muchas horas en la tecnología, desarrollan una adicción que les afecta su salud mental.

La tecnología llegó a nuestras vidas de un momento a otro, y los padres no estuvimos preparados para poder encaminar a nuestros hijos sobre este nuevo mundo que se nos presentaba.

Esta realidad trajo como consecuencia que los menores y también muchos adultos sean víctimas del phubbing, una adicción tecnológica que provoca aislamiento e incomunicación tanto en quien la padece como con las personas que la rodean. ¿Qué consecuencias genera esto en la salud mental de los niños? ¿Cómo los padres y maestros pueden ayudar a solucionarlo?

 

Para Ismelda Rodríguez, psicóloga de Cedro, el problema del phubbing se origina porque muchos papás convirtieron a los teléfonos móviles en las nuevas niñeras de sus hijos.

“Cuando el niño está inquieto o haciendo su ‘berrinche’, los papás han optado por hacer lo más fácil: darle un celular y así tranquilizarlos”, dice. Pero lo que no saben, agrega, es que esta salida fácil con el tiempo generará en sus hijos problemas emocionales (ver infografía) que, al no saber expresarlo, los llevará a convertirse en personas sin sentimientos de culpa, frívolos, calculadores, o sea, en psicópatas.

Los más pequeños

Se ha observado que cuando los menores de 6 años están expuestos a la tecnología, ellos pueden sufrir de problemas de memoria, concentración.

Esta situación, señala la psicóloga de Cedro, ha llevado a pensar a muchos profesores que estos menores sufren el TDHA (Trastorno de Déficit de Atención), cuando la verdad es otra.

Sin embargo, aclara Ismelda Rodríguez, la tecnología no es mala. Solo hay que saber usarla para convivir con ella de manera amigable. Y los encargados de enseñar esto a los menores son los papás.

 

La escuela

Una reciente investigación de la Universidad Camilo José Cela y la Universidad Complutense de Madrid, realizada con 4730 adolescentes, ha identificado que, a mayor tiempo dedicado a los teléfonos inteligentes, peores son sus notas en asignaturas científicas (como matemáticas, naturales o ciencias sociales).

Por ello, según Rodríguez, a través de talleres se les debe enseñar a los niños, adolescentes, y también a los padres, que pasar muchas horas frente a un celular o computador, no solo afecta el aprendizaje sino también la salud mental y física.

Otra medida que podría ayudar, acota, es la prohibición del uso de los celulares en las escuelas, universidades e institutos.