Un ejemplo perfecto de alguien que era como el sol fue Saúl. Mientras cursaba la existencia de David no se preocupan por él. Sacó a David de la casa de sus padres y de sus ovejas para estar solo tocando el arpa para él. Cuando Goliat vino, y David fue el que tuvo el coraje de luchar contra él, Saúl permitió porque no tenía nada que perder. Pero tan pronto como David llamó más la atención que el rey, y la luz ya no brillaba del lado de Saúl, él lo odió.
Este es el problema de las personas que están en el centro de atención. Ellas no aceptan salir de ahí. Ellas quieren respeto pero ellas no lo dan. Si usted quiere hacer un favor a ellos, será muy bienvenido, ahora, no piden nada a cambio. Muchas personas en esta situación les resulta difícil encontrar a Dios, porque lo primero de lo que tenemos que despojarnos es de nuestro ego. Ellas no quieren exponerse y hacen sus pequeñas reglas de cómo debe actuar Dios en sus vidas. Un ejemplo clásico es el momento de ir delante del altar. Ellos saben que el pastor está hablando con ellos, pero no van en absoluto. En sus cabezas, dicen: «Dios conoce mi corazón, yo no necesito decirle al mundo que estoy en esta condición.» ¿Y sabes lo que pasa después de la oración? Nada.
No es así con las celebridades, que por desgracia debido a la dirección en la que viven, les importa mucho más lo que piensan de ellas? Viven esperando ser fotografiadas por algún paparazzi sólo para salir en una revista o en un programa de televisión. Algunos incluso pagan por ello. ¿Quieren aparecer porque se hallan dignos de atención. Ahora bien, si los paparazzi toman una fotografía que les disgusto, eso es otra historia. Ellas los odian. Pero no son solo las celebridades los únicos que piensan así. ¿Cuántas jóvenes que todavía no conocen a Dios, pero sueñan en colocarse el uniforme de obrera? Finalmente, consiguen el uniforme, pero apenas se les llama la atención, dejan de ser el centro de atención, y de inmediato odian el uniforme.
¿Cuántas obreras no tienen mucho tiempo para Dios, mas sueñan con casarse con un pastor? Algunas de ellas finalmente llegan a casarse con un pastor, pero cuando las cosas no salen bien, pasan a odiar la obra.
El problema no es ser un trabajador o esposa de un pastor, el problema radica en ¿por qué lo quieren ser?, para llamar la atención de los demás o porque están en condiciones de dar atención a los demás?