En las empresas mucho se suele hablar de estas dos palabras. ¿Pero qué tan importante son?
Hoy las empresas valoran mucho la innovación para el logro del éxito, por lo que es lógico que los colaboradores estén todo el tiempo procurando elaborar planes y proyectos. En este contexto, valdría la pena reflexionar sobre el concepto de innovación e incorporar un componente de transformación.
Sobre el tema Rafael Zavala, director de la Escuela de Dirección de la Universidad de Piura, dice que la perseverancia, la paciencia y la capacidad de priorizar tareas para no vivir obligados a innovar todos los días, sino para hacerlo cada vez mejor, requieren ser cultivados siempre porque estos no son hereditarios ni vitalicios. Por lo tanto, el esfuerzo constante y sostenido, y no solo la innovación, es la matriz del éxito empresarial.
“Una mirada contraria a esta puede conducir incluso a la insatisfacción y, por su puesto, a la mediocridad”, sostiene.
¿Esto implica que debemos dejar de innovar y declararle la guerra a la innovación?
El objetivo no es descartar la innovación de plano, afirma Zavala, sino entenderla en su total dimensión y a profundidad, para darle su espacio como una generadora de transformación.
La primera regla de la innovación es, entonces, la constancia y comprender esta como un necesario ejercicio de paciencia, tolerancia y resistencia a la frustración.
“El secreto está en la ilusión de terminar las cosas ya empezadas, darles un significado, y convertir los proyectos en productos que realmente cambien una realidad”.
Además dice: “La clave reside en la transformación, pero en una transformación personal, requisito indispensable no solo para innovar, sino también para conseguir empresas sólidas, duraderas, que crezcan y que sean reconocidas por su desempeño y su cultura empresarial”.
Rafael Zavala afirma que no vamos a transformarnos leyendo artículos, sino desarrollando nuestro talento para saber qué y cómo transformar, esforzándonos, y con mucha paciencia, sabiendo que no ganamos nada enfadados con el tiempo.
“Como decía Álvaro Gonzales Alorda, del IESE, lo que falta no son gestores de transformación o innovación, sino líderes con la capacidad de transformar”. ¿Tendremos esa capacidad para transformarnos primero nosotros y luego inspirar a los demás a hacerlo?