El Espíritu Santo y la depresión

La mayoría que se dice bautizada con el Espíritu Santo ha sido engañada por el espíritu engañador. Su formación moral, su carácter dudoso, su mala índole en el comportamiento diario, etc., comprueban eso.

¿Cómo alguien depresivo puede decirse bautizado en el Espíritu Santo? ¿Cómo combinar la posesión del Espíritu de Dios con la posesión del espíritu de la depresión?

Como mal estrictamente espiritual, la depresión está más allá de los límites de la materia del cuerpo físico. La depresión huye del control de la ciencia, porque se trata de una posesión maligna del alma.
Siendo un mal del alma, ¿qué remedio físico existe que pueda curarla? El alma humana sufre de depresión porque en ella hay dudas que traen miedos, preocupaciones, ansiedades, en fin, inquietudes interminables. ¿Quién puede sanar al alma, sino el Espíritu del Salvador de las almas?

La depresión es un tipo de posesión demoníaca y ha sido la plaga de estos últimos tiempos.

“Venid a Mí, todos los que estáis cansados y cargados, y Yo os haré descansar. Tomad Mi yugo sobre vosotros y aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas”. (Mateo 11:28-29).

 

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