El Señor hace a Sus ángeles espíritus, pero a Sus ministros (hijos o siervos), un fuego flameante. (Salmos 104:4).
El acto de hacer a los siervos un fuego flameante es una señal de Unidad.
Eso confirma lo escrito: Pero el que se une (hace alianza) al Señor, un espíritu es con Él. (1 Corintios 6:17).
Dios Padre creó al hombre perfecto, pero debido al pecado, se volvió imperfecto. Entonces, Dios Padre envió al Dios Hijo, mediante Dios Espíritu Santo. Jesús fue el primogénito del Dios Padre (primer hijo hombre) aquí en la Tierra. A partir de Él (Jesucristo), el Dios Padre dio inicio a la generación de Sus verdaderos hijos.
Solamente son hijos de Dios aquellos que fueron nacidos del Espíritu de Dios. Es decir, aquellos que nacieron del agua y del Espíritu Santo (Juan 3:5). ¿Usted cree que Él va a corresponder con la presencia del Espíritu Santo?
Claro, ¡yo lo creo! Estoy seguro de que habrá un derramamiento del Espíritu Santo como jamás fue visto hasta entonces.
En esta fe estará un solo pueblo, un solo Espíritu y un solo corazón, delante de un Solo Dios, en un Solo Señor: ¡Sus ministros son fuego flameante! (Salmos 104:4).