“Y blasfemaron contra el Dios del cielo por sus dolores y por sus úlceras, y no se arrepintieron de sus obras” (Apocalipsis 16:11).
Vemos en el versículo anterior la calidad, el tipo, de seres humanos que quedarán en este mundo en el Fin de los Tiempos. Son personas que blasfemarán, insultarán, hablarán mal del Altísimo y no se arrepentirán de su mala actitud, de sus pecados
—aun en medio del sufrimiento causado por enfermedades y otros horrores. Y las personas con tanto rencor en sus mentes y corazones, que niegan al Autor de la vida, son incapaces de amar al prójimo
—un “amor” que no tiene que ver con la pasión, sentimientos y sensaciones, sino en hacer lo que es correcto. Son personas insoportables, repletas de odio y egoísmo.Sin embargo, cuando recurrimos al Texto Sagrado, vemos que toda enseñanza bíblica se resume en dos leyes:
“Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas” (Mateo 22:37-40).
Este mandamiento de amor pleno es tan importante que fue repetido exhaustivamente por Pablo (Romanos 12:10, 13:8 y Hebreos 13:1), Santiago (2:8) y Pedro (1 Pedro 4:8), por ejemplo.
Sobre esto, el apóstol Pablo, inspirado por el Espíritu Santo, deja el consejo:
“Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos” (Colosenses 3:12-15).
Este tipo de amor es el único camino para el buen comportamiento cristiano. Tanto que una de las señales descritas por el Señor Jesús que indicaría la primera etapa del Fin de los Tiempos sería:
“Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará”(Mateo 24:12).
Por eso, haga una autoevaluación sobre la situación de su alma. ¿Acaso usted ha cultivado la “dureza de corazón” (Hebreos 3:8; 4:7) y ha perdido el amor por Dios y Sus enseñanzas?
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