Después del sacrificio
¿Qué hacemos después de sacrificar? Si usted entregó toda la vida en el Altar, y derramó hasta la última gota, seguramente millones de pensamientos habrán llegado a su mente. Entre pensamientos buenos y malos, pero ¿cuál es la actitud de debemos tener?
La palabra de Dios no falla. Cuando una persona sacrifica plenamente, en ella no hay duda sobre lo que hizo en el Altar porque fue exactamente lo que Dios le pidió. “Porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa”. (Hebreos 10:36).
Paciencia. Es una palabra corta pero con un gran peso, pues la palabra de Dios la expresa como una necesidad. Además, afirma que se obtendrá la promesa habiendo hecho lo que Dios le pidió a uno.
Cuando hay paciencia, no importa el tiempo, ni las circunstancias, porque existe confianza. La paciencia y la confianza son la dosis necesaria en nuestra vida luego de sacrificar. Esa es la respuesta. ¿Por qué dudar cuando uno obedece? Si la mayor ley que existe es que el ser humano obtendrá mañana lo que sembró hoy. Incluso, Dios sabe ello muy bien.
Estimado lector, no permita que el mal contamine la fe que lo motivó a subir en el Altar.
Cuando hay paciencia, existe confianza