Un solo objetivo
Hay 2 tipos de personas en el mundo. Los que son hijos de Dios y los que no. De seguro usted ya escuchó que todos somos hijos de Dios. Bueno, déjeme decirle que eso no es verdad. Todos fuimos creados por Dios, pero no todos somos Sus hijos. Solo cuando alguien nace de Dios a través del bautismo en las aguas y en el Espíritu Santo, puede ser catalogada como hijo o hija de Dios.
Con tantos religiosos y personas que dicen ser hijos de Dios, ¿cómo saber si realmente lo son? ¡Fácil! Vea las actitudes de esa persona. Una persona que no es de Dios tiene un carácter pusilánime e inseguro. Ellos tienden a juzgar rápidamente a los demás y viven en base a sus emociones. ¿Usted ya vio a una persona que no piensa antes de actuar y solo vive por lo que siente? Esa persona definitivamente no es hija de Dios.
Sin embargo, la persona que nace de Dios, perdona el peor de los errores porque es misericordiosa. Está preocupada por no contaminar su interior con odio, ni rencor. Piensa antes de actuar porque sabe que sus decisiones tendrán consecuencias.
Piense y vea cómo Dios lo hace. Si usted no tiene un encuentro verdadero con Dios, será un religioso más dentro de una iglesia. ¡Ninguno de nosotros quiero eso para usted!
¿No le gustaría tener el carácter de Dios? Lo único que debe hacer es entregar su vida a Él. Toda su vida. Al hacerlo, logrará el verdadero objetivo: ser salvo. Evite las distracciones y no se preocupe por las bendiciones. Sabemos que no es fácil, pero ese cambio de visión es una decisión que solo usted puede tomar. ¡Tome la decisión correcta!