Testimonio de Familiar
Llevado por los malos amigos, Alejandro Pérez se dedicó a libar alcohol durante cinco años todos los fines de semana. Incluso, varias noches no llegó a dormir en su casa. Por esa situación, Paula Berdillana, su esposa, discutía acaloradamente con Alejandro a quien no le importaba dejar a Paula y a sus hijos sin comer. “A pesar de mis súplicas, Alejandro no cambiaba, mis hijos lloraban y yo sufría con ellos”, cuenta Paula.
La familia Pérez-Berdillana estaba en crisis, y si no pasaba algo extraordinario, el divorcio era la única salida. En esas circunstancias, Paula recibió la invitación de su papá para asistir a las reuniones de fe. Sin dudarlo, empezó a participar de manera constante con la esperanza de salvar a su familia. Al inicio, Alejandro no quiso asistir, pero al notar el cambio de su esposa, decidió acompañarla. “Hoy somos felices, mi esposo está libre del alcohol y nuestro matrimonio se salvó”, afirma Paula.